Elecciones con ausentismo récord: menos del 70% del padrón fue a votar y la participación fue la más baja desde 1983
La participación en las elecciones legislativas de este domingo fue la más baja desde el retorno democrático en 1983. Pese a los pronósticos oficiales, la asistencia apenas alcanzó el 58,5% a las 17, confirmando una fuerte deserción ciudadana en casi todas las provincias.
Las elecciones legislativas de 2025 quedarán registradas como las de mayor ausentismo en más de cuatro décadas. Con una concurrencia que no llegó al 70% del padrón nacional, Argentina vivió una jornada marcada por la apatía y el desencanto político, pese a las expectativas generadas por la implementación de la Boleta Única de Papel (BUP).
Durante la mañana el panorama ya anticipaba una participación baja: para el mediodía solo había votado el 23% del electorado, cifra que subió al 41,7% hacia las 15 y cerró en 58,5% a las 17, muy por debajo del promedio histórico. En distritos clave como Buenos Aires, Santa Fe, San Luis, Salta, Jujuy, Chaco y Misiones, la asistencia rondó apenas el 60%.
Desde el Gobierno se habían mostrado optimistas y estimaban una participación entre el 70% y el 75% del padrón, aunque finalmente la realidad mostró una tendencia consolidada al ausentismo que ya se venía observando en las elecciones provinciales del año.
La caída en la participación representa un nuevo récord negativo en 42 años de democracia. Hasta hoy, el menor nivel se había registrado en las legislativas de 2021, con el 71,7%, seguidas por las de 2003, con el 71,9%. Los analistas coinciden en que el fenómeno combina múltiples factores: desafección hacia la política tradicional, fragmentación del electorado, desconfianza institucional y una apatía generalizada que ni siquiera las nuevas herramientas de votación lograron revertir.
Desde 1983, la participación electoral en Argentina ha tenido oscilaciones vinculadas a cambios legislativos y sociales, como la incorporación del voto joven a partir de los 16 años en 2012. Sin embargo, el registro de este domingo refleja un punto de inflexión histórico: uno de cada tres argentinos habilitados decidió no concurrir a las urnas.